Testimonio 1:
«Siempre pensé que tenía el control. Unos tragos después del trabajo, una línea en fiestas con amigos, algo para mantenerme despierto en reuniones importantes… nada de qué preocuparse. O eso creía. Pero con el tiempo, el consumo dejó de ser algo ocasional, se hizo cada vez más frecuente y se convirtió en una necesidad. No me di cuenta del daño que estaba causando hasta que mi esposa después de una noche que llegue fuera de control me dijo que si no buscaba ayuda y em ingresaba en un centro se iría con los niños.
Fue un golpe duro, pero me negaba a aceptar que la única opción fuera ingresar en un centro. No quería alejarme de mi trabajo, de mi familia, de mi vida. Buscando alternativas a esto un colega me recomendó al Dr. Guillermo Ford. Desde la primera consulta me sentí bien. No me trataron como un adicto, sino como una persona que necesitaba ayuda real para recuperar su vida. Me ofrecieron un tratamiento personalizado, sin ingreso, que me permitió seguir con mi rutina mientras trabajaba en mi recuperación.
Pero lo que más valoré fue que no solo se enfocaron en mí, sino también en mi esposa. La psicóloga (Marina) nos trato muy bien y la ayudo a comprender lo que me pasaba y para ayudarme desde un lugar de empatía, no de resentimiento. Poco a poco, fuimos sanando juntos y lo que parecía ser una separación segura lo transformamos en un fortalecimiento de nuestra pareja.
Hoy, después de meses de terapia y compromiso, llevo un año limpio, sin consumir nada. No solo he recuperado la confianza de mi familia, sino también la claridad mental para retomar mi negocio con más enfoque que nunca. Mi matrimonio está más fuerte y he aprendido a disfrutar momentos sin necesidad de ninguna sustancia. No exagero cuando digo que este tratamiento me salvó la vida.
Muchas Gracias de nuevo»
Juan. 45 años
Testimonio 2:
“Cuando eres una persona pública, admitir que tienes un problema como una adicción es aterrador. Si alguien se enteraba, mi reputación y mi carrera quedarían arruinadas. Así que lo oculté durante años. Al principio era solo un poco de alcohol después de eventos sociales, luego se convirtió en una necesidad diaria que a veces se acompañada de consumo de cocaína para poder aguantar largas jornadas de trabajo. Podía funcionar, pero cada vez con más dificultad.
Lo que me hizo buscar ayuda fue un incidente que, por suerte, no trascendió a los medios. Un exceso, una crisis en un momento inadecuado y el miedo de que todo se derrumbara. Un allegado de mi familia había tenido un problema con las drogas y había estado en tratamiento con ellos y se encontraba muy bien. Buscaba un lugar donde principalmente la confidencialidad fuera absoluta y me ayudaran con este problema.
A pesar de ser un proceso que me asustaba y que yo soy totalmente antimedicación de entrada el Dr Ford me explico que la medicación no me sedaría y que me ayudaría mucho en el proceso….debo reconocer que asi fue, no solo no me dejo dormido, sino que además me tranquilizo, me quito la ansiedad y las ganas de consumir. Comencé a funcionar mejor que antes y nadie de mi entorno laboral lo noto.
También me ayudaron a entender el porqué de mi consumo y a encontrar herramientas para enfrentar mi estrés sin recurrir a sustancias. Pero lo más valioso fue que también ayudaron a mi familia, principalmente a mi esposa y a mi madre a comprender lo que pasaba, a sanar sus heridas y a ser pilares básicos de mi recuperación.
Hoy sigo en el mismo puesto de trabajo, con el mismo reconocimiento, pero con una diferencia: ya no necesito nada más que mi propia claridad para seguir adelante. Y eso no tiene precio.
Agradezco infinitamente al Dr. Ford, a Marina y Rosa por su interminable paciencia conmigo y mi familia»
Alberto, 55 años
Testimonio 3:
«Siempre creí que lo que hacía en mi tiempo libre no afectaba a nadie más. ¿Por qué iba a ser problema si trabajaba, pagaba mis cuentas y mantenía a mi familia? Pero lo que no veía era cómo mi consumo estaba destruyendo todo a mi alrededor.
Mi esposa dejó de hablarme con cariño primero, mas tarde se fue de casa con mis hijos y mis amigos, bueno, los que realmente se preocupaban por mí, se fueron alejando.
Cuando me di cuenta de que estaba solo, entendí que necesitaba ayuda. No quería un tratamiento estándar, necesitaba algo que realmente se adaptara a mi situación, a mi estilo de vida, y que además ayudara a mi familia a sanar.
En la consulta del Dr Guillermo Ford encontré un equipo fantástico que trabajo con nosotros. Desde el primer momento nos sentimos arropados y comprendidos
Hoy no solo he recuperado mi vida, sino que he aprendido a construir relaciones más sanas con los que me rodean. Mis hijos han vuelto a mirarme con respeto, mi esposa ha vuelto a confiar en mí, y por primera vez en años, me siento en paz conmigo mismo.»
José , 52 años